Tiempo de Adviento: “El Hijo del Hombre, el ser humano”

Al haber vivido el Hogar esa fiesta de los 30 años, abrir sus puertas a las personas excluidas, marginadas, discriminadas y estigmatizadas de los años 1980 y 1990 de iniciar ese caminar al sol naciente de ese Jesús que con su nacimiento, se vivía el misterio más grande de la Humanidad, la encarnación, de un Jesús que al igual que ayer y hoy se hace presente en las personas VIH, para darles luz, esperanza y entender que el VIH es una nueva oportunidad de vivir el misterio del nacimiento de Jesús en cada uno y una de ellas.

Bien lo expresa Franz Hinkelammert (2007), con su encarnación de Jesús, nace la modernidad, es el Dios que se hace Hombre, para que todos nosotros participemos de su divinidad y el hombre sea el ser supremo de la los hombres, expresión de Karl Marx que Franz retoma para entender lo grandioso que es el hombre a través de la encarnación del Hijo del Hombre, en su libro “Cuando Dios se hace hombre, el ser humano hace la modernidad” (Franz, 2020), venida gloriosa del Hijo del Hombre (Mc 13,24-27).

Pablo Richard dentro de su libro, antes de entrar a este tema inicia, con tiempo presente que habla Jesús a sus discípulos, el comienzo de los dolores de parto, donde habrán guerras, terremotos, hambres, conflictos internacionales, elementos que toman los grupos milenaristas, para asustar y aprovecharse de generar miedo y terror, Pablo Richard lo resume expresando “Los dolores de parto aquí no son muerte ni de fin del mundo, sino dolores con esperanza, pues son dolores de parto de una nueva vida” (p 57). La figura del Hombre es una figura tomada de libro de Daniel 7, donde la figura representa al pueblo de los santos que resiste a la opresión de los imperios, en Jesús el Hijo del Hombres es la figura colectiva que representa al Pueblo de los Santos y simboliza lo humano contrapuesto a lo bestial. Por eso, Hijo del Hombre se podría traducir por “ser humano” (Richard, p 59), así es como el Jesús histórico se identifica con esta figura del Hijo del Hombre y la catástrofe cósmica representa la caída histórica de los poderes y de los imperios que oprimen a los pueblos. Actitudes frente a los hechos anteriores (Mc 13, 28-37).

Jesús pide dos actitudes básicas; discernir los signos de los tiempos (Mc 28 -31) y estar vigilantes ( Mc. 32-37), les comentaba a los residentes del Hogar, aspectos que ustedes conocen que nunca se supo el día del nacimiento del Niño Dios, en el siglo II hubo grandes discusiones, sin embargo, les narraba toda la obra de San Patricio en tierras nórdicas, al retomar las cosmovisiones cátaras y unir el nacimiento de Jesús con el sol naciente que se celebraba el 24 de diciembre, después de vivir el día más pequeño del año, el 21 de diciembre y celebrar el nacimiento del sol que con sus rayos unía a la naturaleza, para darle fertilidad y hacer brotar sus frutos. Unirlo a Isaías en su capítulo 60, es precioso esa idea “Levántate Jerusalén, envuelta en resplandor, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti” (Is. 60, 1) y que el evangelio de San Mateo retoma en capítulo 2 con la venida de los magos siguiendo la estrella con su luz.

Les explicaba a los residentes que San Patricio lo hizo, para cambiar la distorsión de estas fiestas que eran desastrosas dentro de los pueblos nórdicos, borracheras, pleitos, orgías y derroches de toda clase. Hoy en día, es entender como el mercado nos ha vuelto a llevar a esos momentos, con un consumismo excarcelado, de derroches sin límites y donde nosotros nos vemos involucrados, es entender como este imperio del mercado, con un sistema capitalista nos lleva de una manera tan sutil a un mundo de divisiones, rencillas, cuando, debe ser todo lo contrario; vigilantes, para hacer de estos momentos de encuentro familiar, diálogo y el amor entre nosotros, donde la ternura del niño en el pesebre sea una invitación para vivirla con los demás.

El árbol de navidad, otra costumbre nórdica de los cátaros, ese sol naciente iba dar la posibilidad que la tierra diera frutos y nutrientes para seguir caminando en la vida y lo celebraban llevando un árbol a sus casas y adornándolo con un fruto en sus ramas, en medio de lazos que representaban la unión del sol naciente con la naturaleza. San Patricio lo llevó a las prácticas cristianas como conmemorar la encarnación de Jesús que unía la naturaleza humana a la divina y, se adornaba de los frutos, pero unido a la estrella que guiaba a los seres humanos, como lo hizo con los magos.

A manera de conclusión, la navidad está llena símbolos, de celebraciones, pero lo importante es entender el misterio por excelencia que es la encarnación de Jesús, hacernos soberanos y vivir el encuentro de nosotros, por encima del consumismo, el dinero y el derroche debe ser nuestros anhelos, son momentos de mucha reflexión para nuevos proyectos, propósitos a nuevo año que se avecina y en estos días que sean de mucha reflexión y como lo decía el padre Gilberth de contemplación.

Presbítero Orlando Navarro.
Presidente de Humanitas Hogar de la Esperanza de Costa Rica.

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